¿Qué es mejor, tarifa de luz fija o variable?

Mujer realiza los cálculos para evaluar qué tarifa de luz, fija o variable, le conviene más.

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Desde Renova Energía, sabemos que elegir la tarifa de luz adecuada puede marcar la diferencia en tu factura mensual. En un mercado energético cada vez más complejo y cambiante, es natural que surjan dudas sobre qué tipo de tarifa se ajusta mejor a tus necesidades.

¿Prefieres la tranquilidad de un precio estable o estar abierto a aprovechar posibles bajadas en el mercado? Esa es la gran pregunta.

En este artículo, te contamos las ventajas y desventajas de cada opción y te ayudamos a decidir cuál se adapta mejor a tus hábitos de consumo, tus prioridades y tu tolerancia al riesgo.

¿Qué es una tarifa de luz fija?

Una tarifa de luz fija es aquella en la que el precio por kilovatio hora (kWh) se mantiene constante durante un período determinado, generalmente un año o incluso más, dependiendo del contrato que se haya firmado con la comercializadora. 

Este tipo de tarifa ofrece estabilidad y previsibilidad, permitiendo que los consumidores planifiquen mejor sus gastos energéticos sin preocuparse por las fluctuaciones del mercado.

Antes de tomar una decisión, es importante conocer los pros y contras de optar por una tarifa fija. Este modelo puede ser una gran opción para quienes priorizan la estabilidad, pero también tiene algunas limitaciones que conviene evaluar.

Ventajas de una tarifa fija

  • Estabilidad en la facturación: al tener un precio constante por kWh, resulta más fácil prever cuánto se pagará en cada factura, facilitando la planificación financiera.
  • Protección frente a subidas del mercado: si el precio de la electricidad en el mercado aumenta, quienes tienen tarifa fija no se ven afectados.
  • Ideal para consumidores con un uso constante de energía: si tu consumo mensual tiende a ser similar a lo largo del año, una tarifa fija puede resultar especialmente conveniente.

Desventajas de una tarifa fija

  • Precios generalmente más altos: para protegerse de las fluctuaciones del mercado, las comercializadoras suelen ofrecer tarifas fijas con un precio ligeramente superior al promedio del mercado.
  • Falta de flexibilidad: durante el contrato, no se puede aprovechar un descenso en los precios del mercado.

¿Qué es una tarifa de luz variable?

Una tarifa de luz variable, también conocida como tarifa indexada, es aquella cuyo precio por kWh fluctúa dependiendo del precio de la electricidad en el mercado mayorista. 

En este modelo, el precio puede variar cada hora, cada día o mensualmente, según el tipo de contrato.

Las tarifas variables ofrecen un enfoque dinámico que puede resultar beneficioso en ciertas situaciones. A continuación, te mostramos qué ventajas ofrecen y cuáles son sus puntos débiles.

Ventajas de una tarifa variable

  • Posibilidad de aprovechar precios bajos: cuando el precio de la electricidad en el mercado baja, el consumidor puede beneficiarse de ello directamente.
  • Mayor transparencia: algunos planes variables permiten conocer exactamente cómo se estructura el precio, especialmente si está vinculado al mercado mayorista.
  • Adecuado para consumidores con hábitos de consumo flexibles: aquellos que pueden ajustar su consumo a las horas de menor demanda pueden ahorrar considerablemente.

Desventajas de una tarifa variable

  • Incertidumbre en la facturación: las fluctuaciones constantes pueden hacer que las facturas sean impredecibles.
  • Riesgo de precios elevados en momentos puntuales: durante picos de demanda o crisis energéticas, el precio puede dispararse considerablemente.
  • Requiere mayor seguimiento: para aprovechar verdaderamente una tarifa variable, es necesario estar al tanto de los precios y ajustar el consumo en consecuencia.

¿Qué factores considerar al elegir entre tarifa fija o variable?

Elegir entre una tarifa de luz fija o variable no es simplemente optar por un precio determinado, sino que implica analizar diversos aspectos que pueden influir en tu economía a largo plazo.

Perfil de consumo

Comprender tu patrón de consumo es clave para determinar qué tipo de tarifa te conviene más. Si tu consumo es constante y estable a lo largo del año, una tarifa fija puede proporcionarte estabilidad en tus facturas. Esto suele ser ideal para hogares o negocios con hábitos regulares de uso de electricidad.

Por otro lado, si tu consumo varía significativamente o si eres capaz de ajustar tus hábitos para aprovechar las horas en las que la electricidad es más barata, una tarifa variable puede ser más beneficiosa. Este tipo de tarifa es especialmente útil para quienes pueden desplazar su consumo a horarios de menor demanda o cuentan con dispositivos inteligentes que optimizan el uso de energía.

Tolerancia al riesgo

La disposición a asumir riesgos es otro aspecto importante. Las tarifas variables implican una mayor exposición a la volatilidad del mercado. Si prefieres evitar sorpresas en tus facturas y valoras la tranquilidad de saber exactamente cuánto pagarás, la tarifa fija ofrece mayor seguridad.

Sin embargo, si estás dispuesto a asumir cierto riesgo a cambio de posibles ahorros cuando los precios bajan, la tarifa variable puede ser una opción atractiva. Este aspecto suele depender de tus preferencias personales, así como de tu situación financiera y tus expectativas sobre la evolución del mercado energético.

Condiciones del mercado energético

Antes de elegir entre una tarifa fija o variable, es esencial evaluar el contexto del mercado energético. Si el precio de la electricidad está en un período de alta inestabilidad o crecimiento constante, optar por una tarifa fija puede ser la opción más prudente para protegerte de posibles incrementos repentinos.

Por el contrario, en mercados estables o con tendencia a la baja, una tarifa variable puede ofrecer mayores ventajas económicas al permitirte aprovechar precios reducidos durante ciertos periodos. Mantenerse informado sobre la evolución del mercado es fundamental para tomar decisiones acertadas.

Elegir entre una tarifa de luz fija o variable depende en última instancia de tus necesidades y preferencias personales. Mientras que la tarifa fija ofrece previsibilidad y estabilidad, la variable puede brindar oportunidades de ahorro si se aprovechan adecuadamente sus características.

Si prefieres la tranquilidad de saber cuánto pagarás cada mes, la tarifa fija es tu mejor opción. Sin embargo, si te sientes cómodo con la posibilidad de que los precios fluctúen y puedes adaptar tu consumo a las horas más económicas, una tarifa variable podría ser más rentable.

Lo más recomendable es realizar un análisis detallado de tu consumo y consultar con expertos como nosotros que puedan orientarte sobre cuál es la mejor opción para tu caso específico.

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